Asociación Cultural Padre Serapio. Bercianos del Real Camino
Categorías
- Actividades (66)
- Concursos (38)
- Convocatorias (4)
- La Asociación (55)
- La Asociación. (4)
- Presentación (1)
- Semana cultural (26)
viernes, 18 de julio de 2025
viernes, 16 de mayo de 2025
CONVOCATORIA XII CONCURSO DE RELATOS "UNA HISTORIA EN EL CAMINO"
ORGANIZA: ASOCIACIÓN CULTURAL PADRE SERAPIO. BERCIANOS DEL REAL CAMINO (LEÓN)
BASES
1. Pueden concurrir a este certamen todos las personas mayores de 16 años, cualquiera que sea su nacionalidad
2. Los trabajos se presentarán en lengua castellana, han de ser originales e inéditos y no podrán haber sido premiados con anterioridad en ningún otro concurso literario. No se admitirán relatos cuyo autor haya sido premiado en ediciones anteriores de este concurso.
3. Tema: será libre, pero en el relato se deberá mencionar de forma expresa “El Camino de Santiago”.
4. Extensión, soporte y formato: Relatos de hasta un máximo de 3 hojas tamaño DIN A-4, letra tamaño 12 y párrafo con interlineado 1,5. Ficheros de texto Word u Open office.
5. Forma de presentación y envío: Por cada obra se enviará dos ficheros al correo electrónico asociacionpadreserapio@gmail.com con los siguientes contenidos:
- Un fichero denominado RELATO, seguido del “título de la obra” que contendrá el relato presentado, y no habrá datos identificativos de la persona autora.
- Y otro fichero denominado PLICA que contendrá el título de la obra, el nombre y apellidos del autor, así como su dirección completa, y número de teléfono.
6. Plazo de presentación: Hasta el 22 de junio de 2025 a las 23:59 horas (hora española), según datos de recepción del correo electrónico en destino.
7. El jurado, cuya composición será decisión de la Junta Directiva de la Asociación Cultural Padre Serapio, tendrá además de las facultades de otorgar o declarar desierto el premio y emitir el fallo, las de interpretar las presentes bases. La decisión del jurado será inapelable.
8. El fallo se comunicará personalmente a los premiados y se hará público, entre otros medios, a través del blog de la Asociación Cultural Padre Serapio, antes del día 7 de septiembre de 2025.
9. Se establece un premio al mejor relato, dotado con 150 €. Se hará una mención especial, a los dos relatos finalistas.
10. La Asociación Cultural Padre Serapio podrá publicar en su blog http://asocpadreserapiobercianos.blogspot.com y en cualquier otro medio, los trabajos premiados en este concurso, incluyendo los dos relatos finalistas.
11. No se devolverán los relatos no premiados.
12. La participación en el concurso implica la total aceptación de estas Bases.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
PUBLICACIÓN RELATOS CON PRIMERA Y SEGUNDA MENCIÓN EN XI CONCURSO DE RELATOS "UNA HISTORIA EN EL CAMINO"
La foto en la cartera
Vengo de enterrar a mi padre. Al
llegar al viejo caserón, cansado, me he quitado la corbata, la he tirado en un
sillón y me he quedado vacilante en la sala sin saber a dónde ir. En cualquier momento espero escuchar sus
pisadas, su saludo breve, una llamada desde su habitación, pero nada de eso
sucede. El cura, sus amigos y mi prima Antonia han ido a resolver las pocas
cosas que había pendientes y también, me imagino, para dejarme solo y que pueda
descansar. Tras sentarme, he notado su olor y el aire cerrado de la casa. ¡Cuánto
ocupan las ausencias! En la sala silenciosa sorprende la continuidad de las
cosas. El reloj de pared, al que le gustaba tanto dar cuerda, sigue en marcha
con un tenue tic-tac y el suave balanceo del péndulo. En el pasillo, la vieja
foto de sus padres que siempre tocaba al pasar. Entro al baño y hay una
pastilla de jabón medio gastada encima del lavabo y crema de afeitar y un
cepillo de dientes en una balda bajo el espejo. Soy incapaz de ponerme ahora a
tirar esas cosas, pero tendré que hacerlo antes de volver a la ciudad. Que esos
objetos desaparezcan ¿es morir un poco más? En el frigorífico hay un cartón de
leche abierto, media coliflor, varios huevos, dos limones, una jarra de cristal
con agua y las medicinas que tomaba. Tras esta larga enfermedad pensaba que
estaba todo dispuesto, arreglado y no es así; pase lo que pase, hagas lo que
hagas, siempre morimos de repente.
Necesitaba hacer algo y me he puesto
a ordenar papeles. Voy tirando recibos de la luz de hace años -¡qué manía de
guardarlo todo!-, una entrada usada del cine, cartas de bancos… Me he guardado
un carné de identidad donde aparece fuerte y sonriente, con su barba sin apenas
canas, tan lejano de esa imagen de los últimos meses donde sus brazos parecían
palos, la barba era canosa y rala y los ojos se hundían en el rostro. También
he separado unas llaves, tendré que intentar localizar a dónde corresponden,
para qué cerradura valen. Es curioso como las llaves son eternas cuando la
casa, el coche o el armario que abrían, hace tiempo que han desaparecido. Odio
esas llaves que arrastro de un sitio a otro, de una mudanza a la siguiente, sin
saber si valen para algo y, al mismo tiempo, incapaz de tirarlas por si un día
me encuentro ante un cajón con el que ya no contaba y me reclama una de ellas. Una
de esas llaves indestructibles.
De repente, dentro de una cartera vieja
aparece una foto donde estamos los dos haciendo el Camino de Santiago. Yo tenía
quince años y él debía tener cuarenta y cuatro. Los dos vamos con la mochila,
el bastón, una gorra y una sonrisa de oreja a oreja. Se le ve tan lleno de
vida, tan alegre, tan feliz, que no puedo reprimir una sonrisa. A mí se me nota
fuerte y orgulloso, moreno y radiante. Esa foto debe ser cerca de Ponferrada y
creo que nos la hizo Luis. Él decía que era español, sus padres habían emigrado
desde Galicia a Toulouse al final de la Guerra Civil, pero nosotros le decíamos
que era más francés que un croissant. Me gusta vernos así, con el brazo por
encima del hombro del otro y con la mirada franca y limpia. Recuerdo el viaje,
recorrer juntos senderos polvorientos, comer un bocadillo a media mañana debajo
de un nogal y disfrutar de la comida y el vino en algún mesón del camino. Avanzar
hacia Santiago y luego, quizá, acercarnos al mar. ¡Te voy a echar tanto de
menos! En estos meses hemos hablado de tantas cosas menos de las realmente
importantes. Esa forma de querernos sin intimidades, con ese amor tan profundo
y al mismo tiempo tan discreto ¿tan cobarde?... El pudor de estas tierras donde
intentas cuidar sin preguntar, amar sin invadir, respetar sin saber muy bien lo
que eso implica. En silencio pienso en mi interior que debemos ser como esos
médicos japoneses que tenían que diagnosticar a sus enfermas sin poder auscultarlas.
Ellos llevaban la figurita de marfil de una mujer para que ella pudiera señalar
dónde le dolía. Así somos, buscando subterfugios e implicando a terceros –nuestras
muñecas de marfil- para preguntar ¿Dónde te duele? ¿En dónde está hoy tu
alegría, tu esperanza, tu corazón? ¿Por qué nunca perdiste el esfuerzo y el
ánimo? ¿Cómo estás, Papá?
Esa foto me ha hecho preguntarme sobre
lo que es la felicidad, lo fácil que es y lo difícil que lo hacemos. He pensado
en Miguel, mi hijo, su nieto querido. Me gustaría que algún día tenga una foto
así conmigo, quiero que cultive sus recuerdos y también que esté en los míos.
Le veo todavía como un niño, pero creo que le puede gustar, que nos puede venir
bien, olvidar el móvil y las prisas, recuperar el ritmo lento, disfrutar del esfuerzo
y el cansancio, estar juntos todas las horas del día. Y así, en un momento
triste como el de hoy, recordar que estuvimos juntos, que fuimos felices, que
la vida es esto, un largo camino, y que el camino también eres tú.
El bibliobús
Autora: Raquel Lozano Calleja
A
Madame Bovary le cosquillea el estómago cada vez que llegan al cerro de Macondo
y Aureliano Buendía se acerca a por un libro. A él le gusta la novela bélica y
mientras se pregunta por quién doblan las campanas de ese pueblo solitario, elude
acercarse por la sección de novela romántica. Justamente en esa sección, afligida se refugia en el consuelo de su mejores
amigas, Ana Ozores que espera ansiosa la partida hacia Vetusta y también Wendy,
que fantasea con recalar como cada
martes en el País de Nunca jamás.
El
capitán Ahab, por otra parte, parece avistar desde el bajel pirata, la Isla del
Tesoro. Ordena arriar banderas y atracan por error en un lugar llamado
Lilliput. Como por arte de magia todos los libros se hacen pequeños, incluidos
los diccionarios enciclopédicos de tal forma que las palabras parecen
convertirse en símbolos químicos y Amor se convierte en Am y Felicidad en Fe.
La
noche se adueña de la estancia y Drácula y el Doctor Jekyll deambulan errantes
mientras observan besarse a Romeo y Julieta bajo la poca luz que emite la
fosforescencia de emergencia.
El
conductor del vehículo decide recalar en un camino que no lleva a ninguna
parte, en tierra adentro, allí donde el trigo se bate en duelo con el viento y
la avena está más loca que nunca. En el mar de Castilla, en el Camino de
Santiago.
Cierra las puertas del bibliobús y un tipo
extraño se le acerca recitando algo que no acaba de entender. El conductor,
acostumbrado a compartir su tiempo con
personajes más que peculiares, le extiende su mano a modo de saludo y es
entonces, cuando aquel hombre de aspecto pálido, alto, delgado y de barba
descuidada le susurra al oído:
- No lo
olvides nunca. Luchamos contra gigantes, querido Sancho.
PUBLICACIÓN DEL RELATO GANADOR DEL XI CONCURSO DE RELATOS "UNA HISTORIA EN EL CAMINO"
Bulliciosos gorriones
Autor: José Ángel Romano
Gijón, una tarde de junio
Hola, querido amigo.
Espero que estés bien. En este
momento siento que estoy con vos en Buenos Aires, en el Café La Paz, ese bar que
cobijó nuestros sueños y al que bautizáramos como nuestro atelier. Recuerdo aquellas
noches en las que la madrugada nos sorprendía a los tres en plena arquitectura
de ideales, dibujando las costas de aquella isla de Tomás Moro. Ella decía que
el sonido de las conversaciones en el bar parecía el nocturno bullicio de
gorriones posados en las ramas de un árbol frondoso.
Yo disfrutaba de ser testigo
del amor que ustedes se tenían, de las discusiones sobre Camus y Sartre, de cómo
se le encendían a ella sus ojos negros cuando te esgrimía a Simone de Beauvoir o
hablaba del mayo francés. Sospecho que todo eso fue la semilla que años después,
ya radicado en Cuenca, hizo nacer en mí el afán de escribir una novela sobre la
historia de ustedes, mía también por la extensión de la amistad; sentí que
escribirla sería una forma de hacer una declaración testimonial de aquellos
tiempos en los que intentamos ser lo que nos pedía la piel urgente de la época
y el clamor de nuestros sueños. Me caló hondo lo que me dijiste una vez sobre
que quienes escribimos resultamos ser muchas veces cartógrafos de geografías de
dolor.
¿Te acordás de aquella noche
de octubre el día de su cumpleaños, cuando le llevé como regalo un casette con
temas que le gustaban? Ella leyó los títulos y se puso a entonar “La Balsa”.
Resuena en mi memoria su voz, ¡qué lindo cantaba! ¿Y esa vez que volvió furiosa
del conservatorio, enojada con lo que estaba pasando y se puso a tocar con su violín,
en la puerta del Café, los acordes de “La marcha de la bronca"? ¡Qué
carácter tenía!
¡Perdoname!, me dejé llevar
por la emoción y los recuerdos. Sucede que estoy haciendo el Camino de Santiago,
es una experiencia fantástica en todos los sentidos que se te ocurran, que te
pone frente a paisajes geográficos, culturales y al propio mundo interior. Hace
unas semanas lo comencé en Irún, el viaje retrospectivo y los soliloquios que
vengo teniendo han ido movilizando mis recuerdos. Pasan por mi mente, sin
solución de continuidad, un montón de imágenes en blanco y negro. Días pasados,
a la salida de un pueblo llamado Ribadesella, encontré un bonito conjunto de
piedras pintadas, una de ellas decía: “El Camino es la misma vida”. Me quedé un
largo rato ahí, caminando por mi interior. Ratifiqué lo importante que fueron
ustedes en mi existencia y me di cuenta de que llevo demasiados años acá, sin regresar.
En ese momento vino a mi mente aquella noche cuando nos enteramos de que se la
habían llevado. Todavía me lacera tu dolor y me sigue angustiando la insistente
e infructuosa manera con la que intentamos averiguar su paradero. Ya sabés lo
que me pasó después y la urgente necesidad que tuve de marcharme. Fueron años muy
duros hasta que logré hacerme un lugar acá y poder vivir de lo que más amo
hacer. Es muy fulera la añoranza, además. Me golpeó terriblemente la carta tuya
que recibí meses después de mi llegada en la que me contabas lo que finalmente le
habían hecho a ella. Que duro precio pagó por la nobleza de sus ideales y su
lealtad. El día que recibí tu carta lloré por la impotencia que me provocaba no
estar a tu lado para abrazarte.
Como si fuera poco todo lo que
te pasó estoy haciendo que lo revivas, me siento un egoísta metido en mi propio
laberinto. En realidad, te escribo para contarte que, después de muchos
intentos y de resolver procesos interiores, por fin logré escribir aquella
novela, “Bulliciosos gorriones” es su título. El veinticinco de octubre la editorial
hará su presentación en Madrid, en la Casa de las Américas y ellos te van a
escribir invitándote a participar de la misma. Cuando me dijeron que esa era la
fecha se sacudieron mis cimientos sensibles y pensé en los curiosos mensajes
que a veces llevan en su vuelo ciertas casualidades.
Aunque sé de tus impedimentos deseo
de todo corazón que puedas venir, hace muchos años que perdido en la distancia
anda dando vueltas un abrazo. De todas maneras, estoy seguro de que ese día, entre
las palabras que yo diga o en las lágrimas que sin duda me aflorarán ella estará
presente y por extensión, aunque no vengas, vos también.
Con la ilusión de verte acá en
ese momento te mando esta carta.
Tu amigo del alma
martes, 3 de septiembre de 2024
RESULTADO DEL XI CONCURSO DE RELATOS "UNA HISTORIA EN EL CAMINO"
Según comunicación del jurado del XI Concurso de relatos " Una Historia en el Camino" formado por Doña Yolanda Nava Miguélez, Don Antonio Toribios García y Doña Elisa Rivero Tomé, el resultado de dicho Concurso ha sido el siguiente:
Premio al mejor relato: "Bulliciosos gorriones". Autor: José Ángel Romano.
Mención especial para el segundo mejor relato: "La foto en la cartera". Autor: José Ramón Alonso Peña.
Mención especial para el tercer mejor relato: "El Bibliobús". Autora: Raquel Lozano Calleja.
Nº de relatos presentados: 109
Próximamente publicaremos en este blog los relatos premiados.
Gracias a todos los que habéis participado en este concurso.
viernes, 26 de julio de 2024
martes, 14 de mayo de 2024
CONVOCATORIA XI CONCURSO DE RELATOS "UNA HISTORIA EN EL CAMINO"
ORGANIZA: ASOCIACIÓN CULTURAL PADRE SERAPIO. BERCIANOS DEL REAL CAMINO (LEÓN)
BASES
2. Los
trabajos se presentarán en lengua castellana, han de ser originales e inéditos
y no podrán haber sido premiados con anterioridad en ningún otro concurso
literario. No se
admitirán relatos cuyo autor haya sido premiado en ediciones anteriores de este
concurso.
3. Tema: será libre, pero en el relato se deberá mencionar de forma expresa “El Camino de Santiago”.
4. Extensión,
soporte y formato: Relatos de hasta
un máximo de 3 hojas tamaño DIN A-4, letra tamaño 12 y párrafo con
interlineado 1,5. Ficheros de texto Word u Open office.
5. Forma
de presentación y envío: Por
cada obra se enviará dos ficheros al correo electrónico asociacionpadreserapio@gmail.com
con los siguientes contenidos:
-
Un fichero denominado RELATO, seguido del “título de la obra” que contendrá el
relato presentado, y no habrá datos identificativos de la persona autora.
-
Y otro fichero denominado PLICA que contendrá
el título de la obra, el nombre y apellidos del autor, así como su
dirección completa, y número de teléfono.
6. Plazo
de presentación: Hasta el 19 de junio de 2024 a las 23:59 horas (hora
española), según datos de recepción del correo electrónico en
destino.
7. El
jurado, cuya composición será decisión de
8. El
fallo se comunicará personalmente a los premiados y se hará público, entre
otros medios, a través del blog de la Asociación Cultural Padre Serapio, antes
del día 1 de septiembre de 2024.
9. Se
establece un premio al mejor relato,
dotado con 150 €. Se hará una mención
especial, a los dos relatos finalistas.
10. La
Asociación Cultural Padre Serapio podrá publicar en su blog http://asocpadreserapiobercianos.blogspot.com y en cualquier otro medio, los trabajos
premiados en este concurso, incluyendo los dos relatos finalistas.
11. No se
devolverán los relatos no premiados.
12. La participación en el concurso implica la
total aceptación de estas Bases.